[ Pobierz całość w formacie PDF ]

humano con alegres pecados, mientras que los nuestros siempre se verán tenebrosos. Y ahora, ¿qué hay
que hacer?
HOMÚNCULO
Tú no eres apocado y si te hablo de las hechiceras de Tesalia, creo que esto te dirá algo.
MEFISTÓFELES (Con lascivia.)
¡Las hechiceras de Tesalia! ¡Muy bien!, son personas de las que me informé hace mucho tiempo. Vivir
con ellas noche tras noche no creo que sea agradable, pero sí que se puede intentar hacerles una visita...
HOMÚNCULO
Trae aquí la capa y envuelve al caballero adormecido. Ese guiñapo os llevará, como siempre, a uno y a
otro; yo iré delante alumbrándoos.
WAGNER (Con temor.)
¿Y yo?
HOMÚNCULO
Tú, mientras tanto, quédate en casa y haz algo importante. Desenrolla los viejos pergaminos, reúne
elementos vitales según las prescripciones y añade con cuidado unos a otros. Mientras yo, al recorrer el
mundo, tal vez descubra el punto sobre la i. Entonces habré alcanzado el premio, hay que esforzarse
por tal recompensa: oro, honor, fama, una vida sana y larga, y también quizá ciencia y virtud. ¡Adiós!
WAGNER (Desolado.)
¡Adiós!, siento el corazón oprimido. Me temo que no volveré a verte nunca más.
MEFISTÓFELES
Bajemos el Peneo. Habrá que hacer caso al primo. (A los espectadores.) Al final, dependemos de las
criaturas que hemos hecho.
NOCHE DE WALPURGIS CLÁSICA
(Campos de Farsalia.)
(Oscuridad.)
ERICTO
A la horrible fiesta de esta noche, como otras veces, vengo yo, Ericto, la oscura, la sombría. No soy tan
repugnante como los insolentes poetas, exagerando, me achacan. Ellos no dejan jamás de elogiar y
vituperar. El amplio valle palidece ante la gris onda de las tiendas de campaña como si fuera el recuerdo
de la noche más turbadora y siniestra. ¡Cuántas veces se repite y se renovará eternamente! Nadie cede
su dominio a otro, y este no lo cede a otro que lo ha obtenido por la fuerza y por la fuerza lo domina.
No hay nadie que, incapaz de dominarse a sí mismo, no desee dominar la voluntad del vecino siguiendo
un terco afán. Aquí mismo, con la guerra, se dio buena muestra de cómo a la violencia se opuso una
violencia mayor, de cómo se destroza la hermosa guirnalda de mil flores de la libertad, de cómo el recio
laurel se dobla para colocarse sobre la cabeza del dominador. Aquí soñaba Pompeyo el Magno con el
Este documento ha sido descargado de
http://www.escolar.com
primer florido día de grandeza. Allí César velaba atento observando el fiel de la balanza. Iban a medirse
y sabe el mundo a quién le sonrió la suerte.
Los fuegos de la guardia refulgen despidiendo llamas rojizas, el suelo exhala el vaho de la sangre
vertida y, atraída por el extraño resplandor de la noche, se reúne la legión del mito helénico. En torno a
las hogueras, se cierne o se detiene la agradable imagen fabulosa de la época antigua. La luna, aunque
no está llena, se eleva difundiendo su tenue brillo por todas partes. El espejismo de las tiendas de
campaña desaparece, los fuegos arden con llamas azuladas. Pero, encima de mí, ¿qué meteoro
inesperado se cierne sobre mí? Un globo corpóreo despide su luz e ilumina. Siento la vida. En este caso
no debo acercarme a un ser viviente pues soy fatal para él. Esto me ha dado mala fama y no me
reportará ningún beneficio. Ya desciende. Después de pensarlo bien, me voy. (Se aleja.)
(Los que viajan por el aire están arriba.)
HOMÚNCULO
Flota en círculo otra vez,
sobre las llamas y el miedo,
en el valle y el abismo,
todo parece espectral.
MEFISTÓFELES
Desde mi vieja ventana
en el solitario Norte
veo espantosos fantasmas.
Estoy tan bien como en casa.
HOMÚNCULO
Mira aquella procesión
que avanza ante nosotros.
MEFISTÓFELES
Es como si se asustaran
al ver que vamos volando.
HOMÚNCULO
Déjalos, pon en el suelo
a tu caballero, pronto
a la vida volverá
desde su reino de fábula.
FAUSTO (En contacto con el suelo.)
¿Dónde está ella?
HOMÚNCULO
No sabríamos decírtelo, pero tal vez se pueda averiguar. Dándote prisa, si quieres, puedes seguir su
rastro de llama en llama antes de que amanezca. Aquel que se ha atrevido a llegar hasta las Madres, no
tiene ya nada que superar.
MEFISTÓFELES
Yo también vengo aquí por interés. Por eso no se me ocurre nada mejor para nuestro éxito que cada
cual tiente su propia aventura. Luego, para reunirnos, enciende y haz que suene tu linterna, pequeño.
HOMÚNCULO
Tan pronto como luzca, sonará.
(El vidrio suena y brilla con intensidad.)
Ahora busquemos prestos nuevas maravillas.
FAUSTO (Solo.)
¿Dónde está? Dejaré de preguntar.. Si no era este el suelo que pisaba, si no era esta la ola que rompía a
sus pies, este es el aire que hablaba su lenguaje. ¡Aquí!, ¡por un prodigio!, ¡aquí en Grecia! Enseguida
sentí el suelo que pisé. Desde que, en mi sueño, un espíritu me enardeció, mi ánimo es el de un Anteo,
y, aunque encontrara lo más extraño aquí reunido, recorrería de un lado a otro este laberinto de llamas.
(Se aleja.)
Este documento ha sido descargado de
http://www.escolar.com
EN EL ALTO PENEO
MEFISTÓFELES (Buscando un rastro.)
Yendo de uno a otro de estos pequeños fuegos, me encuentro totalmente extraño; casi estoy totalmente
desnudo, sólo llevo una camisa. Las esfinges descaradas, los grifos desvergonzados y qué sé yo cuántos
seres melenudos y alados se reflejan en el ojo por delante y por detrás... Es cierto que nosotros también
somos indignos, pero la Antigüedad me parece demasiado frívola: habría que controlarla siguiendo el
gusto más moderno y revestirla, variopinta, a la moda. ¡Qué gente más repugnante!, pero, no por ello
podré dejar de saludarla, ya que soy su nuevo huésped. ¡Salud a las bellas mujeres, salud a los sabios
ancianos!
UN GRIFO (Rugiendo.)
No somos ancianos, somos grifos. A nadie le gusta ser llamado anciano. Las palabras suenan según sea
su procedencia, que es la que las determina: «gris», «grimoso», «gruñón», «gruta», «grito» son
etimológicamente semejantes, pero nos resultan malsonantes.
MEFISTÓFELES
Y, sin desviarnos del tema, «garra» va muy bien con el título nobiliario de «grifo».
GRIFO (Sigue rugiendo.)
¡Naturalmente! Se ha probado la afinidad: se ha afirmado ya muchas veces, pero ha sido aún más
alabada. No hay más que echarle la garra a las muchachas, a las coronas, al oro: la mayoría de las veces
la fortuna sonríe al rapaz.
HORMIGAS (De un tamaño colosal.)
Ya que habláis de oro, os diremos que hemos reunido mucho y lo acumulamos en rocas y cavernas. El
pueblo de los Arimaspos lo descubrió y se ríen por habérselo llevado.
GRIFO
¡Ya haremos que confiesen!
ARIMASPOS
Pero que no sea en esta noche de júbilo. De aquí a mañana lo habremos derrochado todo. Esta vez nos
saldremos con la nuestra.
MEFISTÓFELES (Que se ha situado entre las ESFINGES.)
¡Qué fácilmente y con qué gusto me acostumbro a esto! Los voy conociendo uno por uno.
UNA ESFINGE [ Pobierz całość w formacie PDF ]

  • zanotowane.pl
  • doc.pisz.pl
  • pdf.pisz.pl
  • ssaver.htw.pl